Musa MOde: On

Ese amargo de tu boca que me sacude como si fueran vientos de tormenta y me mojan como lluvia de la misma tormenta, me soplas más allá de la razón de la vida misma extrapolándome a otro cuadrante de conciencia, en un mundo paralelo donde no soy ni un milímetro de lo que ves justo ahora. Así es tu poder infinito sobre mí, me desintegras como cada partícula se separa durante electrolisis, o me conviertes de salada a dulce por medio de osmosis, quisiera separarte borrar esa adherencia tuya en mi corazón, darte un boleto de ida al más allá y que no regreses ni de visita en mis sueños. Me caes encima, te me esparces, escurres, y cuando estoy a punto de tenerte te me evaporas, a que jugamos? a que juegas? porqué las reglas no las tengo claras, o quizás soy yo la única que tiene ánimos de ponerlas, tu solo disfrutas de la vista y ver como tu tempestad me bate el alma y me eleva. Desde cuándo te convertiste en el acertijo de este laberinto que va en picada pero en espira

Rap escuchabas, Rap Vivías, que irónico que lo escuche yo ahora después de tu partida, una vida me dejaste, un sello una identidad, que no importa lo que escriba nunca me deje censurar, una lápiz y papel, historia para contar, donde tú eras mi rey y de eso nadie lo puede dudar, quizás los incrédulos que pudieran pensar, que este amor era lástima, que de ti no me pude enamorar. Hace un tiempo escuche que si de un poeta eras el amor, que no importara que pasara contigo, plasmado en la historia vivirías por millón, y da risa que desde el día que no estas, no existe un solo poema que aunque fuese oculto en el no tomaras lugar. Un año ya va a pasar y demonios!! duele igual, las lágrimas siguen igual de saladas y mi mente no ha estado en calma, rio pero no de felicidad, porque esa colección en algún lugar de este universo contigo andará, que se supone que haga si lo que quiero no lo tengo, si los logros que obtengo junto a ti no los converso, hay días que cruzo ese borde lejano

E sta conversación de lo más inhóspita e incoherente, Debajo de esta mesa yace la locura de lo inminente Dos personas, cuatro piernas, una vela, y una luz. Las palabras se deshacían como cellisca en montaña Y los sentimientos oprobios de estos ojos de mañana Un sentimiento, dos palabras, tres distancias. Que tu gasolina sea la que encienda esta hoguera Mientras rosas tus piernas indicándome que vuelva Un tragaluz, la luna, pero ahora oscuridad. Tus manos que no me convenzan que es correcto Y tu ojos no me digan que algún día será eterno Nuestros labios, nuestras almas, nuestros deseos. En este otoño que ya hace tiempo pasó a invierno No me digas te quiero, si sabes que no habrá regreso Mis ganas, Las tuyas, la muerte, la locura. Deja que las tinieblas se disipen por este destello Deja que crea que esta será nuestra  última vez Déjame todo y sin nada, abatida y sin alas. Deja que este claro de luna ilumine lo poco que queda Deja